He mantenido un silencio y un comedimiento durante estos días, sobre los cuatro accidentes nucleares de Fukushima, intencionado. No me gusta hacer leña del árbol caído y además los acontecimientos, que esperemos que acaben bien, siguen en marcha. Pero a estas alturas se imponen ya unas valoraciones.
Respecto al accidente de Japón la secuencia de acontecimientos del desastre conocidas que nos cuentan es la siguiente:
1) Hay un terremoto y los reactores se desconectan según lo previsto. Se insertan las barras de control correctamente. Las barras de control están compuestas de materiales que absorben los neutrones y por tanto paran la reacción nuclear. Los reactores nucleares, según nos han dicho oficialmente, soportan perfectísimamente el terremoto.
2) El terremoto causa la pérdida de numerosas líneas eléctricas quedándose los reactores nucleares sin una refrigeración fundamental para garantizar la integridad de la instalación, porque a pesar que la reacción nuclear se ha parado, dentro del reactor se crean radionucleidos, Yodo, Cesio,... que fisionan espontaneamente y por tanto generan energía en fora de calor. Este efecto es especialmente intenso los primeros días. Si no se refrigera el combustible del reactor sube su temperatura sin control. Cuando la temperatura de las barras de combustible es superior a 2.200C y entra en contacto con el agua, se produce un efecto llamado termólisis del agua, en la cual el agua se descompone en sus dos gases constituyentes: hidrógeno y oxigeno. El hidrógeno es extremadamente explosivo. A esas temperaturas además el recubrimiento, zircaloy, de los pellets de combustible se funde, uniendose todos ellos en una amalgama. En estas condiciones es muy dificil refrigerar el núcleo, porque cada vez que se rellena el circuíto de refrigeración, al instante se empieza a producir hidrógeno, con un potencial explosivo importante. Lo hemos visto estos días.
3) Arrancan los generadores de emergencia. Según la versión oficial se estropean por el tsunami, pero la verdad es que un generador diesel es algo bien sencillo y estos generadores diesel no son substituidos.
A partir de aquí se desencadena una serie de acontecimientos inexplicables en una planta nuclear con todos los elementos de seguridad en perfecto estado y bien diseñada. Hay serias sospechas de que ni los elementos de seguridad han funcionado adecuadamente y que el diseño mismo de la planta, es totalmente inadecuado.
Venteos de reactores que, conteniendo hidrógeno, se acumulan en la estructura de edificios auxiliares, en lugar de ventilarse al exterior y que finalmente explotan. Generadores de emergencia que en caso de emergencia no funcionan y no pueden ser substituidos por otros inexplicablemente.
Emisiones de hidrógeno diciendo que todo es normal en el núcleo del reactor, que solo está algo recalentado. Sabiendo que la termólisis del agua solo se produce por encima de los 2.300C en las barras de combustible y que el zircaloy de los elementos combustibles se funde a 1.850C y por tanto los elementos combustibles con seguridad estaban dañados desde antes de la primera explosión de hidrógeno. Mienten durante días diciendo que 'quizás' están dañados los elementos combustibles. Piscinas de deshechos con una mayor densidad de combustible gastado de la que tiene que haber según especificaciones. Además estas piscinas están donde se acumula hidrógeno y se producen explosiones y sin edificio de contención (que probablemente se demostrará que es necesario también para la piscina de deshechos). La última es el lanzamiento de agua desde helicópteros para refrigerar unos reactores que se supone, esperemos que si, están bajo una coraza de hormigón de tremendo grosor y desde 300m de altura. Información falsa, incorrecta o sesgada una tras otra… ¿desde siempre? TEPCO tiene un largo historial de falsedades, ocultaciones y la agencia de seguridad nuclear de Japón, de hacer la vista gorda.
¿Solo TEPCO? Aquí mismo en España hay ocultaciones demostradas. En Asco sin ir más lejos. Las ocultaciones demostradas sabemos que son de hechos que no eran excesivamente graves, pero demuestran una cultura de la falsedad y ocultación en Japón, en España y quizás en toda la industria nuclear, tremendamente preocupantes. El problema no son las ocultaciones que se conocen, sino las que no. Una vez se produce una, sabemos que estamos ante una organización o empresa que no actua correctamente y, por tanto, es muy posible que hayan más. No hay confianza. Y la confianza y la honestidad es fundamental en la seguridad industrial y mucho más en el capítulo nuclear. No me gusta que jueguen con mi vida, pero mucho menos con la de mis hijos, nietos, bisnietos, tataranietos… porque ellos no se han desplazado desde el futuro hasta hoy para decidir que quieren asumir ese riesgo. Eticamente no puedo permitirme yo, o no nos podemos permitir como sociedad, aceptar riesgos con implicaciones futuras.
Reactores y plantas certificadas por un pequeño grupo de gente que se retroalimenta a si mismo. Un grupo cerrado y sin personas u organizaciones que de manera crítica, externa y sin compromisos con la energía nuclear sea capaz de poner coto a estas prácticas. Un mero ejemplo, sin buscar mucho. He buscado el currículo, muy brillante, de una persona al azar, del Consejo de Seguridad Nuclear, Antonio Colino.
Antonio Colino. Premio de la Sociedad Nuclear Española 1985 y otros numerosos premios relacionados con la energía nuclear. En 1972 se incorporó a Bechtel Power Corporation de EE.UU para la promoción de la construcción de plantas nucleares. En 1975 se incorporó a ENDESA en el proyecto de Vandellos II y su último puesto fue director de centrales nucleares avanzadas. Expresidente de ENRESA (1996 – 2004), gestora de residuos radiactivos.
¿Es de recibo que una persona que estuvo en el equipo de construcción de Vandellos II y dentro de Endesa, propietaria de otras plantas, sea miembro del consejo de la institución responsable de escrutar críticamente cualquier fallo en la seguridad nuclear en las que él mismo participó? No dudamos de su capacidad profesional, que sin duda la tiene. Dudamos de la necesaria independencia para acometer las funciones encomendadas al CSN, que no son las de velar por la industria nuclear, sino las de velar por la seguridad radiológica, cueste lo que cueste y caiga quien caiga, aunque sea la industria nuclear. Esto que pasa en España, pasa, lamentablemente, pasa en todo el mundo. Las agencias de seguridad nuclear están llenas de personas que vienen de la industria nuclear y que cuando se vayan volverán a la industria nuclear. Por cierto, se acuerdan que el CSN dijo que Garoña, un reactor gemelo al reactor 1 de Fukushima I, sería segura 10 años más con ciertas correcciones. Pues bien, el 50% de Nuclenor, propietaria de Garoña, es de Endesa.
No es descartable que un evento similar sucediera en España. Basta recordar como una nevada en Cataluña destruyo centenares de kilómetros de líneas eléctricas. ¿Qué hubiera pasado si una nuclear se queda sin sus líneas de evacuación? ¿Hubieran funcionado los generadores de emergencia correctamente durante los días necesarios para la reconstrucción de la línea? ¿Y si posteriormente en esa misma planta, cerca de un rio, se produce una riada? ¿Poco probable? Seguramente. ¿Imposible? En absoluto. Alguien realmente independiente debería verificar la posibilidad o no de un accidente así y si se llegara a la conclusión que es posible, proponer las medidas correctoras adecuadas, o si no es posible aplicar medidas correctoras, ordenar el cierre de la planta nuclear implicada, pese a quien pese.
Uno tiene la sensación que, con la excusa que sea, la energía nuclear nos tiene destinado un accidente catastrófico cada 20 años. Cada vez por una excusa distinta, cierto, pero al fin y al cabo por una excusa. La seguridad nuclear requiere transparencia, análisis externos e independientes, y evaluaciones realistas de lo que puede suceder en las peores condiciones posibles. Ninguna de estas cosas se dan y, lamentablemente no se van a dar. La seguridad nuclear no admite excusas. Así pues la única solución es el cierre de todas las centrales nucleares. Obviamente no un cierre a lo tonto. Hoy dependemos de esa energía, por el hecho que fueron esas plantas y no otras, las que se construyeron. Pero es necesario, imprescindible diría yo, un plan de cierre de las centrales nucleares y en el cual se proceda a substituir la energía nuclear por otrasenergías más seguras o que, en el peor de los casos, en caso de fallo sus consecuencias solo se ciñan a nuestra generación, sin trasladarse a generaciones futuras.
Para más información sobre el funcionamiento de los reactores explicadas para profanos, los dos blogs que considero más excelentes en estos momentos: